El anteproyecto de una instalación eléctrica es el paso “previo” a la elaboración de un plano formal, es por decir así un borrador bien hecho del proyecto de la instalación, de tal manera que inmediato a su realización pueda elaborarse el plano con toda seguridad después de haberse cubierto -y aprobado- todos los requisitos administrativos y de orden técnico que dictan las diferentes instancias oficiales a las que se acudiera.
Los anteproyectos incluyen entre otras cosas la solución del croquis de la instalación eléctrica, cuadro de cargas, diagramas unifilares y de conexiones, etc.
Consta de tres recámaras, un baño al fondo
con doble acceso, una sala, comedor y cocina con pretil junto, el frente de la
casa (jardinera, entrada y cochera) descubierto, y patio trasero/corral
descubierto.
-El punto más cercano al
poste para la acometida es el que se indica en el croquis por lo tanto no puede
cambiarse.-El Interruptor principal y el Centro de Carga estarán lo más cerca posible del medidor de la CFE.
La simbología utilizada en este caso es la siguiente:
Funciones y constitución de los
arrancadores.
Los arrancadores reúnen los elementos
necesarios para controlar y proteger los motores eléctricos. De la elección de
éstos depende el rendimiento de toda la instalación: nivel de protección,
funcionamiento con velocidad constante o variable, etc.
El arrancador garantiza las siguientes
funciones:
– seccionamiento,
– protección contra cortocircuitos y
sobrecargas,
– conmutación.
El seccionamiento
Para
manipular las instalaciones o las máquinas y sus respectivos equipos eléctricos
con total seguridad, es necesario disponer de medios que permitan aislar eléctricamente
los circuitos de potencia y de control de la red de alimentación general.
Esta
función, llamada seccionamiento, corresponde a:
- aparatos específicos: seccionadores o interruptores seccionadores,
- funciones de
seccionamiento integradas en aparatos con
funciones múltiples.
La protección
Todos
los receptores pueden sufrir accidentes:
De
origen eléctrico:
–
sobretensión, caída de tensión, desequilibrio o ausencia de fases que provocan
un aumento de la corriente absorbida,
–
cortocircuitos cuya intensidad puede superar el poder de corte del contactor.
De origen
mecánico:
–
calado del rotor, sobrecarga momentánea o prolongada que provocan un aumento de
la corriente que absorbe el motor, haciendo que los bobinados se calienten peligrosamente.
Con
el fin de que dichos accidentes no dañen los componentes ni perturben la red de
alimentación, todos los arrancadores deben incluir obligatoriamente:
- protección
contra los cortocircuitos, para detectar y cortar lo antes posible las
corrientes anómalas superiores a 10 In,
-protección
contra las sobrecargas, para detectar los aumentos de corriente hasta 10 In
y cortar el arranque antes de que el recalentamiento del motor y de los
conductores dañe los aislantes.
La conmutación
La
conmutación consiste en establecer, cortar y, en el caso de la variación de
velocidad, ajustar el valor de la corriente absorbida por un motor.
Según
las necesidades, esta función puede realizarse con aparatos.
- electromecánicos:
contactores, contactores disyuntores y disyuntores motores,
- electrónicos:
relés y contactores estáticos, arrancadores, variadores y reguladores de velocidad.
Seccionamiento.
Los equipos eléctricos sólo se deben
manipular cuando están desconectados.
El seccionamiento consiste en aislar
eléctricamente una instalación de su red de alimentación, según los criterios
de seguridad que establecen las normas.
El seccionamiento se puede completar
con una medida de protección adicional, el enclavamiento, un dispositivo de
condenación del seccionador en posición abierta que impide que la instalación
se vuelva a poner bajo tensión de forma imprevista, garantizando así la seguridad
de las personas y de los equipos.
La función de seccionamiento se
realiza con:
– seccionadores,
– interruptores seccionadores,
– disyuntores y contactores
disyuntores, siempre que el fabricante certifique que son aptos para dicha función.
Fallas en los Centros de
Carga.
En una instalación eléctrica ocurren diferentes fallas
desde el punto de la acometida hasta el último dispositivo eléctrico conectado,
incluso pueden provenir de lugares que no tienen relación aparente con la
instalación por ejemplo descargas atmosféricas. Por todo lo anterior es
necesario protegerlas al máximo contra cualquier causa o acto accidental o
intencional.
Sistemas de protección hay muchos, pero lo común para
Instalaciones Eléctricas Residenciales es utilizar cartuchos fusibles e
interruptores termomagnéticos y diferenciales colocados en cajas que conforman
los denominados Interruptores generales (o principales) y/o Centros de Carga.
Muchas instalaciones tienen los dos sistemas (fusibles y termomagnéticos), otra
cualquiera de ellos.
Para proteger a los aparatos de consumo eléctrico existen
reguladores y supresores de picos.
Falta de
mantenimiento.Humedad y suciedad generan problemas en las instalaciones eléctricas, pero más lo hacen en los centros de carga. La acumulación de grasa o suciedad en los puntos de conexión de los cables de alimentación que llegan a un centro de carga como impiden la disipación del calor. Esto provoca un sobrecalentamiento de estos puntos llegando incluso a carbonizarse el material aislante, “soldándose” a veces el cable a los opresores. Cabe mencionar que siempre que circula corriente eléctrica por un conductor se presenta calor, esto es “normal” pero cuando este es excesivo es señal de que algo no está funcionando como debiera. La humedad junto con el calor provoca el deterioro de las conexiones resultando una especie de “soldado” en los puntos de conexión de los centros de carga…
Sobrecargas en los conductores.
Originalmente las instalaciones eléctricas se diseñan para satisfacer el abastecimiento de energía en el momento en que se construyen. Sin embargo suele suceder que con el tiempo por una u otra razón la carga se incrementa conectando más y más aparatos ocasionando que circule más corriente por conductores y un exceso de corriente siempre produce un sobrecalentamiento. Para evitar que los conductores alimentadores lleguen pronto a su punto de saturación suele incrementarse en un 25% la carga conectada en el momento en que se calculan los conductores, esto es, se contempla que en un futuro inmediato la demanda de energía eléctrica crezca hasta este valor, aunque, este es solo un criterio.
Calibres inadecuados o muy ajustados al momento de construir la instalación eléctrica.
Las consecuencias: calentamiento de los conductores alimentadores principales mismo que al final es transportado por contacto hasta las terminales de los centros de carga.
Fallas a tierra.
También llamadas “fugas a tierra” ocasionan que se “bote” la pastilla al accionar alguno de los aparatos de mayor potencia que protegen, esto es, circula por ellas una corriente mayor producto de la corriente que se fuga a tierra sumada a la que demanda el aparato de consumo.
Las anteriores solo son algunas de las causas de fallas más comunes en los centros de carga, pero no son todas ya que existen otras no tan evidentes pero que igual ocasionan problemas.
El
interruptor seccionador modular
Esta
nueva generación de interruptores seccionadores se caracteriza por la posibilidad
de completar y modificar la composición de los aparatos básicos, para
adaptarlos con la mayor precisión a nuevas necesidades.
Los interruptores seccionadores de mando giratorio ampliables con módulos pueden realizar las funciones de interruptor principal, de paro de emergencia o de control manual de los motores.
Los interruptores seccionadores de mando giratorio ampliables con módulos pueden realizar las funciones de interruptor principal, de paro de emergencia o de control manual de los motores.
Interruptores
seccionadores de mando giratorio. Interruptor
seccionador ampliable con módulos
Los
fusibles
Los
fusibles proporcionan una protección fase a fase, con un poder de corte muy
elevado y un volumen reducido. Se pueden montar de dos maneras:
– en
unos soportes específicos llamados portafusibles,
– en
los seccionadores, en lugar de los casquillos o las barretas.
Fusibles “distribución” tipo gG (1)
Protegen
a la vez contra los cortocircuitos y contra las sobrecargas a los circuitos con
picos de corriente poco elevados (ejemplo: circuitos resistivos).
Normalmente
deben tener un calibre inmediatamente superior a la corriente del circuito
protegido a plena carga.
Fusibles “motor” tipo aM
Protegen
contra los cortocircuitos a los circuitos sometidos a picos de corriente
elevados (picos magnetizantes en la puesta bajo tensión de los primarios de
transformadores o electroimanes, picos de arranque de motores asíncronos,
etc.). Las características de fusión de los fusibles aM “dejan pasar” las sobreintensidades,
pero no ofrecen ninguna protección contra las sobrecargas. En caso de que
también sea necesario este tipo de protección, debe emplearse otro dispositivo
(por ejemplo, un relé térmico).
Normalmente
deben tener un calibre inmediatamente superior a la corriente del circuito
protegido a plena carga.
Cortacircuitos fusibles
Protección contra las sobrecargas.
Los fallos más habituales en las
máquinas son las sobrecargas, que se manifiestan a través de un aumento de la
corriente absorbida por el motor y de ciertos efectos térmicos. El
calentamiento normal de un motor eléctrico con una temperatura ambiente de 40 °C
depende del tipo de aislamiento que utilice. Cada vez que se sobrepasa la
temperatura límite de funcionamiento, los aislantes se desgastan prematuramente,
acortando su vida útil.
Conviene señalar, no obstante, que
cuando se produce un calentamiento excesivo como consecuencia de una sobrecarga,
los efectos negativos no son inmediatos, siempre que ésta tenga una duración
limitada y no se repita muy a menudo.
La correcta protección contra las
sobrecargas resulta imprescindible para:
– optimizar la durabilidad de los
motores, impidiendo que funcionen en condiciones de calentamiento anómalas.
– garantizar la continuidad de
explotación de las máquinas o las instalaciones evitando paradas imprevistas.
– volver a arrancar después de un
disparo con la mayor rapidez y las mejores condiciones de seguridad posibles
para los equipos y las personas.
Los
relés térmicos de biláminas
Los
relés térmicos de biláminas son los aparatos más utilizados para proteger los
motores contra las sobrecargas débiles y prolongadas. Se pueden utilizar en
corriente alterna o continua. Sus características más habituales son:
–
tripolares.
–
compensados, es decir, insensibles a los cambios de la temperatura ambiente.
–
sensibles a una pérdida de fase (1), por lo que evitan el funcionamiento
monofásico del motor.
–
rearme automático o manual,
–
graduación en “amperios motor”: visualización directa en el relé de la
corriente indicada en la placa de características del motor.
Principio
de funcionamiento de los relés térmicos tripolares
Los
relés térmicos tripolares poseen tres biláminas compuestas cada una por dos
metales con coeficientes de dilatación muy diferentes unidos mediante
laminación y rodeadas de un bobinado de calentamiento.
Cada
bobinado de calentamiento está conectado en serie a una fase del motor. La corriente
absorbida por el motor calienta los bobinados, haciendo que las biláminas se deformen
en mayor o menor grado según la intensidad de dicha corriente. La deformación
de las biláminas provoca a su vez el movimiento giratorio de una leva o de un
árbol unido al dispositivo de disparo.
Si la
corriente absorbida por el receptor supera el valor de reglaje del relé, las
biláminas se deformarán lo bastante como para que la pieza a la que están
unidas las partes móviles de los contactos se libere del tope de sujeción. Este
movimiento causa la apertura brusca del contacto del relé intercalado en el
circuito de la bobina del contactor y el cierre del contacto de señalización. El
rearme no será posible hasta que se enfríen las biláminas.